Mansión olvidada



En medio de ninguna parte se alza  de manera señorial, un palacete de aquellos de antaño, al cual los siglos han dejado una huella imborrable.  Sus paredes herrumbrosas muestran pequeños fragmentos de pintura que alguna vez adornaron sus enormes tabiques. Las maderas, casi desaparecidas, de puertas y ventanas, son apenas visibles a causa de la hiedra que, como un ladrón en la oscuridad, ha ido atrapando centímetro a centímetro  gran parte de la fachada. En el pórtico, el vestigio de lo que alguna vez fueron dos majestuosas columnas, se mezclan con los restos y escombros que quedan de esta mansión olvidada.

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