Paz

Sobre un mar de plata, 
bañado por el reflejo de la luna,
dejo a mi cuerpo flotar a merced de las olas
que relajan mi alma con su vaivén sin fin.
Mientras mis ojos se posan,
en miles de luciérnagas 
que iluminan la inmensidad 
de un maravilloso firmamento añil.



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