Vete al carajo

No, no estoy insultando a nadie. O al menos no era esa mi intención cuando puse el título.

Pero resulta que soy muy curiosa y llevaba tiempo preguntándome de dónde venía esta expresión tan conocida para la mayoría de nosotros.

Pues bien, para entender el significado de la frase, tendremos que remontarnos al siglo XV. Aquella época en la que España dominaba los mares de la mayor parte del mundo conocido y eran grandes colonizadores. 

Cuando las carabelas españolas cruzaban los océanos, los vigías se encargaban de anunciar cuando avistaban tierra. Esto lo hacían desde una canastilla que se encontraba en la parte más alta del mástil al que los marineros llamaban carajo (porque les recordaba al órgano sexual masculino). 

Cuando un marinero no acataba las órdenes del capitán o hacía algo indebido que ameritaba un castigo se le enviaba al carajo por unas horas o incluso días, con lo que eran martirizados y terminaban mareados cuando no enfermos. Este castigo fue el que dio origen a la frase que da título a este artículo. 

Con el paso de los años y a pesar de la desaparición de las calaberas y de este tipo de navegación, la expresión se popularizó tanto que aún hoy día se sigue escuchando.


Algunas frases relacionadas  que también se usan son: “No vale un carajo”, “Está más lejos que el carajo” y “Me importa un carajo”.



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